Mal Acostumbrada
La manera que desatas tu corazón frente a mí con esperanza que lo tome en mis manos y lo proteja de todo mal, que le comparta el mejor regalo de la vida – el amor.
Me mal acostumbro a tus ojos que me miran con ternura,
Deseando que el dolor jamás haya llegado a mi vida,
Angustiado de no haber estado para secarme las lágrimas, curarme las heridas.
Me mal acostumbro a tu manera de expresar que quieres ser mío,
Contra viento y marea; esa experiencia que te da la vida
Te hace posar desnudo frente la inocencia del amor.
Me mal acostumbro a tu forma de entregar todo por nada, a ser un mártir en el santuario de tu fe interior individualizada, a vivir según el único mandamiento de tu existir – amar de todo corazón hasta morir.
Me mal acostumbro a la esencia de tu cuerpo que me hace soñar en otro mundo, que me hace navegar hasta lugares de mi ser que no conozco, que me reencuentra con la ilusión olvidada de estar enamorada.
Me mal acostumbro a un beso de miel que se derrite en mi paladar, una gota de agua que cae a mi boca sedienta, un aire que me devuelve el respiro, un toque que devuelve a mi corazón sus latidos.